Dueña de esta luna

jueves, 22 de mayo de 2008

Relato: "EL CASTILLO"



Se acercaban las vacaciones y curioseando por internet había encontrado un castillo medieval anclado en un promontorio de escarpada y solitaria playa, su curiosidad la llevó a leer las opciones que ofrecía dicho castillo, y era un enclave donde podía ir con amo o sin él, un lugar donde que se adaptaba a las necesidades de todos los sexos que se sientan atraidos por la sumisión y la dominacion, desde lo más light es la dominación y la sumisión hasta los castigos más crudos.

No era una alternativa descabellada, podría adentrarse en ese mundo que desde siempre le había parecido interesante y al que sólo accedía desde sus más intimas fantasías, el sitio era precioso , con playa privada, solitario y en cuyo interior se podían realizar las mil y una fantasías, desde la red podias acceder a elegir tu esclava o tu amo o a ofrecerte para ser usada por cualquiera de los huéspedes del castillo, un cuestionario en línea para saber las preferencias de cada huésped; sin saber cómo se vió rellenando el cuestionario y en la opción de si quería optar a “pública subasta” para adjudicarle un amo, acabo aceptando, el hotel se comprometia a adjudicarle un amo nada más llegase, un amo que se adaptaría a sus límites y al que pertenecería durante un mes.
Ella misma se sorprendía de haber elegido ese destino para sus vacaciones pero ahora ya no había marcha atrás, en apenas 15 días estaría de vacaciones y a lo mejor viviendo lo mejor de sus fantasias.
No tenía que preparar nada para su viaje, el hotel –castillo se encargaba de todo, sólo había tenido que enviar su foto para que sus amos eligiesen a su sumisa, el mismo hotel la vendría a buscar y desde ese momento debería dejarse llevar totalmente.
El despertador no paraba de sonar, no podía empezar sus vacaciones llegando tarde, tenía el tiempo justo de darse una ducha rápida y vestirse antes de que la vinieran a buscar para empezar sus vacaciones.
Durante la ducha , aún estuvo a punto de dejar correr el tema de sus vacaciones como sumisa, pero era demasiado tarde para echarse atrás, en apenas cinco minutos la furgoneta del hotel la estaría esperando abajo.
Se vistió sin ropa interior tal y como las normas del hotel le había indicado, normas que variaban según las opciones de los visitantes, mientras se vestía notaba que estaba muy nerviosa y a la vez muy excitada, ¿qué experiencias le depararia ese mes encerrada en el castillo?, sólo con imaginarlo se ponía caliente y eso no era bueno, debía empezar a controlarse, estaba dejando demasiado rápido sus instintos.
Eligió para vestirse un vestido de punto negro entallado, que escondía perfectamente que no llevaba ropa interior, no podía negar que aún sentía vergüenza con según que actuaciones, pero por su propio bien debería a empezar a perder ese miedo........
En el ascensor de la casa no podía evitar sentirse nerviosa, pero la cuenta atrás había empezado, el sol de la calle la devolvió a la realidad y la aparatosidad de la furgoneta del hotel también la hizo salir de su ensimismamiento, delante de su portal, un furgón enorme de cristales ahumados y logotipo del hotel la esperaba, sintió como flojeaban sus piernas y a punto estuvo de dar media vuelta pero eso mismo debieron de notar las dos sumisas que se habían ya bajado del furgón porque con rapidez la cogieron por sus brazos y la ayudaron a subir a la parte de atrás del furgón.
La oscuridad del interior no le permitió ver nada, ambas sumisas la colocaron en el centro del furgón y le dieron la bienvenida y las normas de actuacióny n colgante de color rojo que era el indicador de que era una esclava que sólo podia ser usada por su amo y esté decidiria si más adelante podian o no utilizarla otros amos o esclavos, del collar de perra que le habían colocado nada más llegar el colgante rojo era bien visible. El contacto rugoso con el collar la excitó, poco a poco pudo notar que había alguien más en el furgón que las sumisas, sus ojos se iban acostumbrando a la oscuridad, pero no le iba a dar tiempo porque las sumisas estaban empezando a vendar sus ojos, un suave pañuelo negro cubría sus ojos, le obligaron a sentarse en un sillon ubicado en el centro del furgón, la sentaron y ataron sus brazos y piernas a los lados del sillon y de repente una voz que le resultó familiar les indicaba que los brazos no los queria en esa posición, tenía unas tetas maravillosas para colocarlas de otra forma, les indico a las sumisas que atasen sus brazos por encima de su cabeza, así de esta forma sus pechos estaban hacía arriba resaltando sus pezones, un estremecimiento recorría su cuerpo, no podía ser “él” pero al instante recordó que se lo había contado, de pasada, pero se lo habia contado, ahora no tenía duda, era Ricardo, no sabía si alegrarse o lamentarse, pero ya no podía hacer nada era tarde y estaba “embarcada”, él debió notar su azoramiento y que ella lo había reconocido porque se acercó suavemente a su oido y le susurró con ternura que disfrutarian de este mes juntos y que sólo la usarian otros si ella estaba de acuerdo, pero que se relajase porque sería un mes de sumisión tal y como ella habia elegido, no pudo responder porque la sierva estaba colocándole la mordaza en la boca, no podía controlar sus instintos, estaba humedad y excitada, lejos de enfadarse porque Ricardo sería su amo durante un mes, su cuerpo respondía excitandose todavía más, se sorprendía ella misma sintiendo como sus fluidos se multiplicaban, cómo le hubiese gustado controlar esos fluidos............. Ricardo pareció leerle el pensamiento y metió su mano a través del vestido para comprobar cuan mojados estaban esos muslos.... su vientre se encogió al sentir la mano de él entre sus piernas pero una orden de él le obligó a relajar su cuerpo y le advirtió que en posteriores caricias no debía notarla tensa o sería castigada, su cuerpo en cualquier momento tenia que estar dispuesto para él, sentia sin ver sus ojos fijos en su cuerpo pero estaba tranquila porque aún estaba vestida pero una vez más él paraecía leer su pensamiento y algo frio empezó a notar en su cuerpo, eran una tijeras que rasgaban su vestido, debajo no habia nada , tal y como le habian ordenado y notaba mientras su vestido era arrancado que seguían fluyendo sus líquidos, ahora sí que se sentía expuesta, con las piernas atadas y abiertas y las manos esposadas por encima de su cabeza sabía que él estaba disfrutando de su cuerpo así abierto y ella se iba excitando cada vez más , notaba como se iba poniendo colorada, como no podía vencer su timidez porque hiciese lo que hiciese él ya sabía que estaba caliente, que era su esclava durante un mes y que la usaria como a él más le placiese, podía notar la respiración de él más agitada y sus manos recorrer sus tetas, estirando sus pezones y llamandola puta a cada dos por tres, donde le indicaba que sólo una verdadera cerda como ella estaría tan mojada sin apenas haberla tocado, que era una puta y una zorra que necesitaba que su coño lo follaran sin compasión, la iba a convertir en la mejor puta del castillo, su coño daría cabida a cuanta polla entrase en él y su cuerpo sería un orgasmo continuo, la convertiria en la Mesalina del siglo XXI, la convertiría en un verdadero animal del sexo, haría salir su instinto más primitivo, todo esto la iba excitando muchisimo mas y convulsionaba su cuerpo porque no podia quejarse ya que la mordaza se lo impedia, era muy incomoda esta postura pero permitía que Ricardo violase su coño con sus dedos con verdadera fuerza y ella estaba volviéndose loca de lujuria, jamás había notado algo así, su cuerpo temblaba con cada embestida de Ricardo en su coño, no podía controlar su placer estaba volviéndola loca sus manos iban de su coño a sus tetas sus pezones no paraba de estirarlos con verdadera violencia, no controlaba nada , sus fluidos se deslizaban por sus piernas cuando Ricardo metió sin previo aviso su polla en su coño, la ensartó con dureza y a cada embestida ella creía volverse loca de gusto, se corría sin orden de él y ella sabia que eso tenia un castigo pero no le importaba ahora solo disfrutaba como una cerda con la polla de Ricardo en su coño, Ricardo también estaba fuera de sí penetrando con rabia a su cerda y gritándole que en el castillo recibiría su merecido por haberse corrido sin permiso, que una puta como ella no se dejaba llevar de esa forma pero él también esta fuera de sí de gusto y ella disfrutaba oyendo como él gemía de placer, y como arremetía contra su coño en cada subida de placer, de repente él saco su polla de su coño y le dijo a una esclava que le quitase la mordaza a su puta y sin apenas tiempo de abrir la boca, su polla ocupo el lugar de la mordaza y vació su sexo con fuerza, sabiendo de sobra que eso a ella no le gustaba, era su castigo por haberse corrido sin su permiso, su leche caliente inundó su boca y no le dejó abrir la boca por lo que no tuvo, más remedio que tragar parte de su líquido seminal, pero no le importó se había corrido como una verdadera cerda y sabía que él, su amo por un mes, también había disfrutado.
Las gotas de leche corrían por sus labios ha una indicación de Ricardo a la esclava está procedió a retirarle el pañuelo de los ojos, quería ver la cara de ella después de haberla hecho tragar su leche, sabía que eso que ahora sabía que le había gustado a su zorra, era la primera vez que lo hacía, nunca antes se había tragado la leche de nadie, apenas sus ojos se acostumbraron a la luz miraron de frente a Ricardo y este por toda respuesta, le asestó un bofetón que le cruzó la cara, un grito de sorpresa se escapó de su boca y un nuevo tortazo volteó su cara, sin tiempo para decir nada, Ricardo le gritaba que fuese la ultima vez que mirase a su Amo/a a los ojos sin previa autorización y que jamás una exclamación d e dolor se volviese a escapar de su boca, ante la aceptación de un castigo y aprovecho para darle a grandes rasgos algunas de las normas que debería cumplir a partir de ese momento, no sin antes avisarle que una vez llegasen al Castillo recibiría sus castigos pendientes, le indicó además que nunca miraría a los ojos a su Amo sin previa autorización, su posición delante de cualquier Amo seria de rodillas con la cabeza pegada al suelo y los brazos hacia atrás, no hablaría sin permiso, aceptaría de buen grado las caricias o castigos que se le infringieran, desde aquel momento él elegiría su vestuario, él sería quien indicaría cuando, dónde, como o de que forma comería, jamás debería correrse sin permiso de su Amo, aceptaría cualquier orden de su Amo que desde este momento la utilizaría como un instrumento de placer y sus días transcurrirían única y exclusivamente para proporcionar placer a su amo en la forma y manera que este desee, este podría cederla o usarla junto a otros esclavos/as o cederla a otros Amos para su uso o disfrute, estas y otras muchísimas ordenes fluían de la boca de Ricardo y estaba segura que muchas de estas normas se le olvidarían, pues era de condición rebelde y estaba demasiado nerviosa y excitada como para prestar atención a tanta norma, intentaba centrarse en las normas pero el gusto entre salado y dulce que la leche de su amo había dejado en su boca le impedía concentrarse, volvía a sentirse excitada, recordando la gran corrida que su Amo acababa de descargar en su boca.......... no tuvo que prestar atención a las ordenes de su Amo porque la primera parte del trayecto llegaba al final , tal y como le indicaba una de las esclavas, Ricardo hizo que la desatasen y una de las esclavas le colocó una caperuza negra para cubrir su rostro y del collar que anillaba su cuello le colgó una cadena que entrego al Amo...... ella mentalmente se preguntaba si no pensarían darle algo para que se vistiera, no pretenderían que saliese a la calle de esa guisa, desnuda y con ese collar al cuello, afortunadamente llevaba la caperuza y nadie sabría quien era pero sentía una enorme vergüenza de mostrar su desnudez, a un tirón de la cadena entendió que debería colocarse a cuatro patas y en actitud sumisa ante los pies de Ricardo, al bajar del furgón pudo ver que se encontraban en una zona apartada del puerto y que habían otras sumisas como ella, aunque algunas llevaban trajes de cuero, ninguna estaba completamente desnuda como ella, intuyó que era el castigo de Ricardo a algunas de sus rebeldías demostradas durante el trayecto, ella también era la única que se encontraba postrada ante los pies de su Amo, las otras estaban unos pasos por detrás de sus dueños pero erguidas, los demás sabrían que ella estaba así como castigo a alguna desobediencia.
Esperaban un barco que les conduciría a la privada playa donde estaba enclavado el hotel, un trayecto de apenas veinte minutos por alta mar la conducirían sin más a un viaje de perversión, sexo y lujuria como jamás antes había soñado.
Desembarcaron en una pequeña y apartada playa donde a lo lejos se podian ver a algunas esclavas perfectamente anilladas descansando o atadas para use y disfrute de sus amos , los postes clavados en la arena alojaban a sumisas atadas de todas las posturas imaginables, mientras esclavos y sumisas acariciaban o castigaban según las necesidades o gustos de sus Amos.
El lugar era precioso y el Castillo-hotel estaba perfectamente acondicionado para cualquier elemento de sumisión y sado imaginable, totalmente alfombrado y tenues luces de teas en las paredes e iluminación extra adicional para las ocasiones en las que la luz era imprescindible.
El calor era sofocante, pero el Castillo-hotel a causa de sus paredes de piedra, el ambiente en el interior era fresco, incluso con cierto frío que se podía adivinar sólo mirando a los pezones de las sumisas, que se mantenian erectos de modo natural.
El espectáculo resultaba excitante, Amos y esclavos de los más extraños atuendos, desnudos algunos, fornicando de las mil y una manera sin decoro , disfrutando libremente de los deseos de la carne, satisfaciendo sus más bajos y primitivos instintos....
Las esclavas que formaban parte del personal del hotel iban ataviadas con un collar al cuello grabado con el escudo de armas del antiguo propietario del castillo, algunas las más esclavas y experimentadas llevaban grabado a fuego en sus nalgas el mismo escudo de armas que las inferiores sumisas llevaban en el collar, eran estas la encargadas de administrar los castigos o participar de las bacanales que algunos Amos solicitaban para la iniciación de sus esclavas o para disfrutar con sus esclavas de un complemento perfecto para los desmanes de la carne, eran estas esclavas las más experimentadas en el culto al cuerpo y a la sumisión mas absoluta, eran por tanto frias y duras para llegar a tatuarse este escudo tenián que haber pasado duras pruebas y eran pocas las que lo resistian, ellas por tanto podian mejor que nadie saber hasta donde podian llegar cuando se trataba de impartir castigos a las sumisas, inflexibles e implacables , duras muy duras pero excelentes en las artes de la sumisión, sus bocas habian mamado de las mejoras pollas, sus culos habian resistido tormentos sin igual, sus tetas habian sido masajeadas por infinidad de manos, eran en definitiva puro vicio, animales de dar placer sin cansarse, Mesalinas del siglo XXI, sus lenguas tenian fama de hacer desfallecer de gusto a mas de una sumisa y muchos Amos usaban de ellas para conocer facetas nuevas que sólo ellas podían enseñarles, sus coños habían perdido la cuenta de las pollas que habrian pasado por ellos y sus cuerpos adoptaban las mil y una posturas para llevar al climax al más experto de los Amos.
El Castillo disponia de todas las comodidades disimuladas convenientemente para no afear con la decoración original de la épocao medieval, las habitaciones eran todas enormes y todas tenian varias camas de diferentes tamaños y formas, algunas con doseles y mosquiteras, otras redondas algunas con argollas o poleas y de los armarios sólo contenian la ropa que podría usar la sumisa de todos los estilos y formas en las paredes cadenas, arneses, látigos, postes , potros, sillas ginecologicas, armarios con todo tipos de pollas, arneses, correas, cadenas, espuelas, barras para separar los brazos y las piernas, muñequeras y tobilleras y collares de todo tipo , los mil y un instrumentos para el goce y disfrute del sexo.
Ricardo llevaba tras de sí a su zorra que de rodillas se desplazaba por el largo pasillo que quedaba para llegar a la habitación, la caperuza de la cabeza le molestaba y deseaba que Ricardo se la quitase pronto, y confiaba en que este se olvidase de el castigo con el que le habia amenazado por haber hablado sin que él se lo indicase, pero no iba a ser así Ricardo ya habia dado instrucciones a las sumisas del hotel y en breve ella sabría que le deparaba su Amo.
La estancia que les habian asignado era muy amplia, aunque ella sólo podia ver de momento el suelo, porque su amo aún no le habia dado permiso para levantar la cabeza,las rodillas le dolian pero no podia pedir nada ni emitir ningun quejido, Ricardo ahora le estaba comentado lo maravillosa que le resultaba la habitación, ella estaba adorrillada en el centro de la habitación, aún desnuda, intuia que Ricardo se habia sentado en la cama porque le decía que era un conchon mullido y suave y que follarian como locos en esta sala, Ricardo le dice que levante la cabeza, se acerca a ella y le quita la capucha, alborota sus rizos y besa con fruición su boca, despacio primero, recorriendo con su lengua los labios de ella y con desesperación y deseo después, ella responde excita con su lengua y juegan ambas juntas en sus bocas, intercambiando saliva,la ayuda a levantarse y juguetea con sus pezones que ahora estan enhiestos por la excitación siente como empieza a calentarse su coño como por instinto abre sus piernas para incitar a su Amo a que acaricie su sexo, recibiendo un fuerte estiron de pelos de su Amo que enfadado le dice que ha abierto muy tarde sus piernas que una buena sumisa debe mantener siempre sus piernas abiertas y que no las ha de cruzar nunca y ha de mantenerlas abiertas incluso de rodillas y que para que no se olvide va a tomar medidas, de un empujon la tumba en la cama y separando con rabia sus piernas se dirige al armario donde le ha parecido ver todo tipo de juguetes para el placer y saca unas tobilleras y muñequeras que coloca en sus tobillos y une una barra a ellas, hace lo mismo con las muñequeras pero no le pone ninguna barra soló la ata a las argollas que hay a los lados de la cama así completamente abierta se siente completamente humillada pero sus pezones le han jugado una mala pasada, se han puesto tiesos y duros y parecen gritarle a Ricardo que son un manjar exquisito, Ricardo saca unas pinzas con una cadena que aprisionan los pezones y así ensartados realzan la belleza de su pecho, las pinzas no le duelen, aprietan sus pezones con suavidad pero el peso de la cadenita y el roce frio del metal contra su cuerpo la excita...............
Ricardo no puede resistirse a tener asi de expuesta a su sumisa y de rodillas frente a su coño mete su lengua intentando follarla como si de su polla se tratase, su lengua entra y sale de su coño, siente como se excita su Amo follandola solo con su lengua, sus dedos toman el relevo de su lengua entra sin compasión en su coño caliente y mojado y su cuerpo se arquea para recibir las caricias que su Amo le hace, goza infinitamente con sus dedos, él no para de gritarle lo puta y lo zorra que es, lo cerda que debe ser y le susurra que la cabalgará como a una yegua , que le vuelve loco verla como una verdadera perra en celo, ver su mirada de deseo le vuelve loco y muerde su boca, estira de la cadena que unen sus pezones y azota con su polla su clítoris, ella no puede contener sus gemidos de placer, su Amo es capaz de volverla loca de gusto, a veces sólo con insultarla, se pone tan caliente oyendo su voz en sus oidos gritandole lo puta que la va a hacer sentirse y los caliente que le pone ver como se retueze de gusto como la mas vulgar de las rameras, dejandose llevar por las sacudidas salvejes del orgasmo, Ricardo sabiá que su putita estaba caliente al máximo y dejó su boca para buscar su clítoris, cuando lo encontró empezó a lamerlo con frenesí arrancando gritos de placer de su esclava que le gritaba: “......Asi,.......Así, sigue. Chupaaaaaa cabrón, chupa, vuelveme loca con tu lengua, mmmmmmmmmmmmmmmm, él obedeció hasta que se lleno su boca con los jugos de su cerda, le encantaba beberse la corrida de su esclava, arráncandole gritos de placer y al estallido de ella se levantó y descargó su leche sobre las tetas de ella, era maravilloso ver su leche entre los preciosos pezones de su esclava, le excitaba sobremanera verla tan golfa, tan salida, tan primitiva como una verdadera perra.
Ricardo le propuso una ducha y además le indicó que su vello empezaba a resultarle molesto y que deberia rasurarla un poco más a fondo, en ese momento entró en la habitación una de las sumisas del hotel que la ayudó a bañarse y una vez seca la hizo sentarse en el filo de la redonda bañera y procedió a ponerle crema para rasurar su coñito, ella se sentía incomoda, no le gustaba que aquella esclava le rasurare su sexo pero era su Amo quien lo habia elegido, Ricardo estaba sentado en el centro del baño desnudo, meneandose la polla observando como su sumisa era acicalada, la esclava procedio a rasurar su pubis y después de aplicarle la crema para suavizar su piel uno de los dedos de la esclava se introdujo en su sexo, ella rechazó la caricia pero la autoritaria mirada de Ricardo la hizo desistir y la criada siguió jugando con sus dedos en el sexo de la zorra, le hubiese encantado no demostrar que le gustaba pero su sexo no atendia a sus razonamientos cerebrales, sólo respondia al instinto más primitivo de acomodar su vagina para obtener el maximo placer de estos juegos, los dedos de ella fueron sustituidos por la lengua de esta esclava que chupaba como una loca el recien depilado coño de esta zorra, Ricardo estaba muy excitado viendo como su puta reaccionaba ante la primera vez que otra cerda como ella le chupaban su coño, que espectáculo tan maravilloso ver a aquella dos zorras gozando de sus coños, su polla dura como nunca apartó de un golpe a la sirvienta y ensartó el recien depilado coño de su esclava, ella recibio gozosa la polla de su amo y movía rítmicamente las caderas para alcanzar con celeridad el orgasmo que sabía le haria alcanzar su Amo, la polla de Ricardo entraba y salia con fuerza de su coño, con toda la brusquedad que ha este le era capaz de empujar, los fluidos que corrian por su entrepierna y su coño facilitaban la brutal follada a la que la estaba sometiendo Ricardo, sus gritos de placer eran bestiales, se sacudia de tanto placer en la boca del estómago, Ricardo era capaz de volverla loca de placer y follaba su coño sin parar, mientras palmeaba sus nalgas gritandole que se corriese que se moviese como la puta que llevaba dentro, sin poderse contener gritó y jadeó como una posesa corriendose sin control, Ricardo seguia azotando sus nalgas mientras se convulsionaba con ella corriendose ambos.

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